La adicción a Internet, al móvil o a la tecnología no está, de momento, incluida como enfermedad mental ni en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) ni tampoco en la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales de la OMS).
La nomenclatura oficial para referirse a un uso compulsivo, uso patológico, uso excesivo o a la adicción a Internet o a las nuevas tecnologías es USO PROBLEMÁTICO DE INTERNET.
Por tanto, no existe consenso sobre este fenómeno en la literatura científica pero, en cualquier caso, existe un uso compulsivo, abusivo y dependiente y son ya muchos expertos los que encuadran esta problemática dentro de las adicciones comportamentales aceptando que tiene una base común con el
resto de conductas adictivas. Porque una adicción es un uso compulsivo que interfiere en las actividades de la vida diaria de la persona, generando dependencia y necesitando cada más tiempo de consumo o contenidos más fuertes (tolerancia).
Lo llamemos adicción, uso problemático o trastorno es un fenómeno creciente de nuestro tiempo que afecta cada vez a mayor número de personas y que se da, sobre todo, en los grupos más jóvenes.
¿Cuáles son los síntomas de la adicción a la tecnología?
Las conductas adictivas están marcadas por la pérdida de control y la dependencia. Y eso conlleva una serie de consecuencias que nos ayudarán a saber si estamos o no ante una posible conducta adictiva o un abuso de las nuevas tecnologías:
- Cansancio que viene dado por la privación de sueño. Se duerme menos por estar conectado. Es importante recordar también que el uso de pantallas antes de dormir empeora la calidad del sueño por la luz azul que emiten los dispositivos.
- Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud. Si notamos que la persona hace menos planes, se aísla, baja el rendimiento laboral o académico, pierde el interés por deportes o hobbies que antes sí hacía…
- Pensar en la Red, en el móvil, en la videoconsola constantemente, sentirse irritado cuando la conexión falla o resulta muy lenta, ponerse nerviosos o agresivos cuando finaliza el tiempo de uso…
- Mentir recurrentemente sobre el tiempo real que se conectan o que están jugando a un videojuego.
- Sentir una euforia y activación anómalas cuando se está delante de una pantalla.
- Estar permanentemente atento al “smartphone”, conectarse al ordenador nada más llegar a casa, conectarse a Internet nada más levantarse y ser lo último que se hace antes de acostarse.
Más que el número de horas conectado a las tecnologías, lo determinante es el grado de interferencia en la vida cotidiana, cómo afecta a la vida de la persona.
¿Qué puede causar adicción a la tecnología?
Se dice que las adicciones esconden vacíos emocionales. Es verdad que las nuevas tecnologías tienen componentes que podrían considerarse adictivos. Y las empresas detrás de esas tecnologías utilizan Recursos como algoritmos que proporcionan contenidos personalizados para que los usuarios consuman
hasta el agotamiento. Recursos como “likes”, “comentarios”, notificaciones…
Pero no es menos cierto que las conductas adictivas suelen esconder detrás problemas causados por:
- Una influencia familiar con problemas de apego, conflictos familiares, conductas negligentes…
- Cercanía de personas con adicciones. Es más fácil desarrollar una conducta adictiva si en su familia ha habido o hay un trastorno adictivo, sea del tipo que sea.
- Ausencia de límites o poca supervisión. Este es un factor clave que puede causar una adicción a las nuevas tecnologías.
- La impulsividad y compulsividad, así como un bajo autocontrol son factores de riesgo para hacer un uso adictivo de las nuevas tecnologías. Y no olvidemos un factor muy relevante, que obviamente es algo que tenemos que tener en cuenta a la hora de poner límites, acompañar en su uso… La edad favorece un uso compulsivo, problemático o adictivo de las nuevas tecnologías. Los adolescentes, debido a la vulnerabilidad de la etapa que viven por un menor control de impulsos, les convierte en un blanco más fácil, de manera que la edad sí es determinante y puede ser el inicio de una adicción a las pantallas.
¿Cuáles son las adicciones digitales más comunes?
Existen dos adicciones relacionadas con el mundo digital y de las nuevas tecnologías que, hoy en día, sí con calificadas como enfermedad mental:
- La adicción a los videojuegos o el “trastorno por videojuegos” (“Gaming disorder”), que se refiere al uso de juegos digitales o videojuegos, ya sea mediante conexión a Internet o sin ella. La OMS decidió, en el año 2018, incluirla en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11)
- Y por otro lado, el juego patológico, donde se incluiría el juego online. En el Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5), donde antes se incluía el ‘Trastorno del control de los impulsos’, se incluyó como “adicción sin
sustancias” a la ludopatía o juego patológico.
Es decir, en ambos casos, se ha considerado lo suficientemente relevante como para considerarse enfermedades mentales a ambas adicciones, cosa que no ocurre de momento con otras conductas compulsivas en Internet, con las redes sociales, el móvil… Pero será cuestión de tiempo que esto cambie
puesto que las tasas de uso compulsivo de Internet no paran de crecer y cada vez interfieren más en la vida de las personas, especialmente en los más jóvenes.