El móvil a temprana a edad trae más riesgos que ventajas. Y teniendo en cuenta que hoy existen alternativas para que los niños estén conectados a sus familias (relojes con llamadas, móvil sin internet…), no parece muy lógico que los padres sigan empeñados en dar a sus hijos smartphones con acceso a internet a los 9, 10, 11 y 12 años… Insisto, el móvil a temprana edad tiene pocos beneficios (que se pueden suplir con otros inventos) y ¡¡¡muchos riesgos!!!! Riesgos de muchos tipos pero yo hoy me voy a detener en uno tras el reciente caso en un colegio de Oviedo en el que varios niños de 10 y 11 años veían a un hombre masturbarse por videollamada.

 

El móvil a temprana edad es un riesgo… innecesario.

 

Pues hilando los riesgos con el caso que mencionaba en el párrafo anterior, os cuento que un niño o una niña de 9, 10, 11 o 12 años es un caramelito para un pedófilo. Y por si no lo sabes aún, en TikTok, estos campan a sus anchas. Y están encantados, claro. Y saben perfectamente cómo engañar a esos niños. Y esos niños son un caramelito porque, a esa edad, es más fácil engañarles que a los 14, 15 o 16 años. Son un caramelito porque con 9, 10, 11 y 12 años creen que algunas cosas son un juego cuando no lo son. Porque un niño de esa edad es más difícil que identifique un abuso sexual. En muchos casos ni lo reconoce. Un chaval de 14 años sí sabe de qué van esas cosas.

 

Por cierto, en el curso esencial que tienes en nuestra web «Impacto del mal uso de las pantallas en los menores, ¿cómo protegerles?» tenemos como experto a Pablo Duchement. Pablo es perito judicial y probablemente el tipo que más sepa sobre el lado oscuro de TikTok. En el curso nos explica muy claro y sin tapujos ni rodeos, aspectos verdaderamente turbios que las familias deberían conocer y considerar en lugar de seguir pensando que esa plataforma es solo es para hacer bailecitos.

 

El móvil a temprana edad y el claro ejemplo en un caso en un colegio de Oviedo

 

Lo de Oviedo arranca meses antes de trascender la noticia. Una niña del centro escolar comparte un número de teléfono con sus compañeros diciendo que pertenece a una persona conocida. Y como los críos tienen 10 y 11 años, es decir, no identifican ciertas conductas, aquello se convierte en una especie de juego, visto desde esa inocencia que les caracteriza. Los menores comenzaron a contactar con el individuo a través de videollamadas desde los baños. En los vídeos, el hombre aparecía sólo de cintura para abajo, sin hablar ni mostrar su cara, realizando actos sexuales explícitos.

 

Este caso es sólo uno más de las decenas que van trascendiendo públicamente. La realidad es que se estima que, en España, los delitos sexuales contra menores en internet se cifran en más de 2.000 casos semanales.

 

Las familias no están poniendo cordura

 

Los responsables de los delitos son quienes los cometen. De eso, no cabe duda. La gran tragedia es que de la mayoría de esos delitos no nos vamos a enterar. Y tú, como adulto responsable de un menor, puedes minimizar los riesgos de que tus hijos sean víctima de ese delito. ¿Es un bar de copas un lugar para niños? Rotundamente no. ¿Le dejarías las llaves de tu coche a un chaval de 15 años? Rotundamente no. Pues son un claro ejemplo de que hay entornos y herramientas que requieren de unos conocimientos y una madurez.

 

Y las familias, en esto de las pantallas, no están poniendo cordura al facilitar herramientas para las que los menores no están preparados.