por Carmen Osorio Suarez | Abr 23, 2025 | Blog
Vamos con un poco de historia de las redes sociales. Se calcula que, de media, consumimos algo más de dos horas al día en redes. Sólo en redes. Luego hay gente que dice que no tiene tiempo de hacer ejercicio pero lo que realmente no hay son ganas. Hago este apunte con el fin de que le demos una vueltecilla a este asunto de las prioridades. Que me parece estupendo que quieras entretenerte un rato en redes pero no nos autoengañemos. Pasamos más tiempo del que queremos y del que debemos. Y además, no nos está haciendo ningún bien. Dicho esto, a modo de reflexión y autocrítica, vamos con un poco de historia de las redes sociales.
¿Qué son las Redes Sociales?
Las redes sociales son “comunidades virtuales”. Es decir, plataformas de Internet que agrupan a personas que se relacionan entre sí y comparten información e intereses comunes. Este es justamente su principal objetivo: entablar contactos con gente, ya sea para re encontrarse con antiguos vínculos o para generar nuevas amistades.
Historia de las redes sociales: primer antecedente.
El primer antecedente se remonta a 1995, cuando un ex estudiante universitario de los Estados Unidos creó una red social en Internet, a la que llamó classmates.com (compañeros de clase.com), precisamente para mantener el contacto con sus antiguos compañeros de estudio. Dos años más tarde, en 1997, aparece SixDegrees.com (seis grados.com) y ahí aparece el primer sitio de redes sociales, tal y como lo conocemos hoy, que permite crear perfiles de usuarios y listas de “amigos”.
Luego llegó Friendster en 2002, que introdujo el concepto de «amigos en común» y «redes de amigos». Friendster no logró mantener su popularidad inicial pero sentó las bases para las futuras redes sociales. En 2003, LinkedIn y MySpace entraron en escena. LinkedIn se centró en las conexiones profesionales, permitiendo a los usuarios crear perfiles profesionales y conectarse con otros compañeros. Y por otro lado, MySpace se convirtió en la plataforma favorita de los músicos, artistas y creativos, ofreciendo una plataforma para compartir música y arte.
Facebook, un hito en la evolución de las redes sociales.
El auge de Facebook en 2004 marcó un hito importante en la evolución de las redes sociales. Facebook se convirtió en la red social más popular del mundo y atrajo a millones de usuarios de todo el planeta con una interfaz fácil de usar. Antes de Facebook, las redes sociales se centraban principalmente en la conexión con amigos y conocidos. Sin embargo, Facebook cambió esto al permitir a los usuarios conectarse con personas de todo el mundo, compartir contenido y formar comunidades en línea. Facebook también introdujo una serie de innovaciones como la función «me gusta», que cambió la manera en la que los usuarios interactúan con el contenido.
Twitter, discusión y debate
En 2006, Twitter introdujo un enfoque completamente nuevo con su límite de 140 caracteres, fomentando la brevedad y la inmediatez. Pronto, se convirtió en una plataforma popular para las noticias y las conversaciones en tiempo real. Con su posterior límite de 280 caracteres, Twitter ha promovido la cultura de la brevedad e inmediatez y se ha convertido en la red para la discusión y los debates públicos.
Instagram, compartir momentos
El lanzamiento de Instagram en 2010 marcó otra etapa importante en la historia de las redes sociales. Enfocada en la fotografía y el video, Instagram ha promovido «compartir momentos». Con el tiempo, introdujo innovaciones como las historias de Instagram, que permiten a los usuarios compartir fotos y videos que desaparecen después de 24 horas.
TikTok, vídeos cortos y un algoritmo peligroso
TikTok, esa red social en la que insistimos constantemente, no es para que esté niños por mucho que lo parezca y por mucho que lo hayamos normalizado. Es una red social de origen chino donde se comparten videos cortos y en formato vertical. Es propiedad de la empresa china ByteDance, una empresa que se gastó mil millones de dólares para comprar musical.ly, una plataforma para el público más joven. TikTok se fusionó con musical.ly en agosto de 2018, aprovechando la base de usuarios jóvenes de la plataforma digital de Estados Unidos, manteniendo el nombre de TikTok (excluyendo a China, que tiene Douyin). Curioso que una plataforma china tenga una app para el resto del mundo excepto para los ciudadanos de su país, ¿verdad?, ¿por qué será? (pregunta irónica).
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Si quieres saber más sobre las redes sociales, cómo están afectando a los niños y adolescentes en muchísimos aspectos de la vida: en su salud, en la construcción de su personalidad, en su autoestima, en su toma de decisiones, en la forma en que se comunican e, incluso, en su integridad física. Si quieres conocer cómo los algoritmos funcionan para cambiar actitudes y, como consecuencia de ello, transforman las acciones que llevamos a cabo, tienes disponible por solo 21,90 euros un curso indispensable para comprender y entender por qué las redes sociales no son para niños y por qué algunos países ya se plantean prohibir su uso a menores de 16 años.

por Carmen Osorio Suarez | Abr 10, 2025 | Blog
La serie Adolescencia daría para un texto interminable. Pero trataré de ir al grano en este artículo. Lo primero, es una bofetada en toda regla y trae mensajes muy potentes. Adolescencia es la serie con una verdad muy incómoda de sostener. Para mí, sin duda, el motivo por el que tanto se habla de ella es porque nos ha removido de una forma muy feroz. Y lo ha hecho porque, como sociedad, nos deja mal. Cuando alguien habla de los chavales y jóvenes de hoy de forma despectiva, me pregunto si esos adultos son conscientes de que esos jóvenes están aprendiendo, curiosamente, de los adultos. De manera que esos jóvenes son un reflejo de lo que ven. Y lo que ven es una sociedad muy desconectada de su naturaleza humana, de esa que nos pide a gritos hacer tribu. Y lo que ven hoy esos chavales y niños hoy es una sociedad hiperconectada al mundo digital. Ellos, fundamentalmente.
Adolescencia, la serie con una verdad muy incómoda de sostener.
Resulta que hemos sido los adultos los que les hemos dejado entrar en ese mundo. Y ahí están desprotegidos. Al principio, no les hemos protegido o no les hemos sabido proteger quizás por ignorancia. Porque esto ha avanzado muy rápido. Cualquiera que entrara en una red social hace 15 ó 10 años bien sabe que aquello no se parece a lo de ahora. Pero ya no basta escudarse en que no lo sabíamos. Hace ya 4 ó 5 años que lo evidente nos ha saltado a la cara. Y por eso Adolescencia es la serie con una verdad muy incómoda de sostener: no estamos haciendo nada o estamos haciendo poco. Ahora ya no por ignorancia sino por comodidad o por no enfrentarnos a la incomodidad que supone decir no a lo que hace la gran mayoría.
Y por eso Adolescencia nos duele. Porque ese padre no lo hizo mal. Sencillamente, no hizo lo suficiente. Y eso basta para que todo lo bueno que tú quieras para tu hijo, desaparezca. Porque tú no estás. Y como no estás, están todos aquellos del mundo online. Se nos ha escapado un mundo en el que los menores están pasando, en muchos casos, más tiempo que en sus propios colegios o con sus padres. Un mundo, insisto, al que les hemos dado acceso los adultos. Sin medir las consecuencias.
Un resumen de Adolescencia en una frase de su guionista
«Unos padres que no lo vieron, un sistema escolar que lo decepcionó y las ideas que consumió. Esta es una familia normal y este es un mundo normal. Es realmente preocupante pensar en lo que es posible ahora mismo». La frase del guionista Jacke Thorne es un buen resumen de lo que ocurre. Padres ausentes o desconectados, que no necesariamente lo hacen mal, sino que no están (o física o mentalmente); un sistema escolar que no da abasto; y, cómo no, una hiperconexión digital que apaga las conexiones humanas cercanas y que configura a unas mentes vulnerables que, a falta de conexiones de verdad, acaban por conectarse a ese mundo online plagado de mensajes donde priman la polarización, la sexualización…
“Estaba en su habitación, pensábamos que estaba seguro”
Tu hijo no está seguro en su habitación si en esa habitación tiene las puertas abiertas a cualquier cosa. Tu hijo no está seguro solo por el hecho de convivir en el mismo espacio, podéis ser unos desconocidos. No tengas miedo a esperar ni a limitar… ni dejadez para acompañar y vigilar. No haytarea más importante en este momento que esta. No la hay. El mundo en el que están entrando puede echar por tierra cualquier cosa buena que quieras para tus hijos. Hoy, donde más inseguros están y lo que más daño les está haciendo es estar delante de una pantalla. Las consecuencias ya las están pagando.
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por Carmen Osorio Suarez | Mar 11, 2025 | Blog
Hace tiempo que quería escribir sobre las redes y los cuerpos perfectos. Ayer lo vi claro en un reel de una famosa influencer (vaya por delante que no tengo nada contra ella; de hecho, sigo su cuenta) que hablaba sobre su reciente operación de pecho. Era su segunda vez. En torno a los 20 años se había puesto pecho, que hoy, a los 35 años, consideraba demasiado grande, por lo que ahora contaba que se había puesto unas prótesis más pequeñas. Para mi sorpresa, también descubrí que se hizo hace años una rinoplastia. Para más sorpresa aún, luego supe que aquella operación de nariz se la hizo el mismo día y en el mismo hospital que una amiga suya, también conocida.
Las redes y lo cuerpos perfectos: cuando nos hemos pasado de frenada…
Vaya por delante también que no tengo nada en contra del hecho de querer corregir algo de tu cuerpo que no te hace sentir bien y me parece legítimo utilizar la cirugía estética cuando se hace con cabeza. El problema es que, como en tantas otras cosas, nos hemos pasado de frenada. Porque ahora no es para «corregir» algo que vemos mal sino para alcanzar unos estándares de belleza estereotipados. Es decir, el objetivo es conseguir una estética que se ajusta a un patrón concreto. Ojo, porque esto no es más que una muestra de la superficialidad en la que estamos inmersos y, detrás de eso, el vacío que sentimos que nos hace querer alcanzar la perfección para sentirnos válidos. Y ahora viene lo de las redes y los cuerpos perfectos.
Y es que, además de que esto ya sea algo habitual, también lo es hablar de ello en redes como quien habla de ponerse un tinte.
Pues sí, una de las cosas más sorprendentes es que también se haya normalizado hablar de las cirugías en redes como si una operación fuese algo banal y sin riesgo alguno. No se trata de que vayan ocultando sus operaciones, se trata de no banalizar con el asunto. Porque no es banal. Porque haciéndolo, contribuimos a que se expanda la idea de que operarse es algo normal cuando debería ser excepcional. Una idea a la que las redes están contribuyendo. Y con eso están creciendo nuestras hijas. Con la necesidad de ser de una manera concreta, promovidas por unas plataformas que solo hacen negocio. Y por eso es fundamental educar en la autoestima y las familias tenemos un trabajo de gigantes que hacer para no contribuir a esta locura.
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En algunos de nuestros cursos esenciales abordamos la importancia de construir una buena autoestima frente a los riesgos asociados al uso de dispositivos. En uno de ellos, el de «Prevenir la adicción y el abuso de las pantallas, ¿es posible?» contamos con una experta sobre cómo fortalecemos la autoestima y también hablamos de la importancia en el cuidado de las relaciones familiares, el retraso en la entrega del móvil…
por Carmen Osorio Suarez | Mar 6, 2025 | Blog
Por qué mi hijo quiere un móvil, te habrás preguntado algunas veces. No pretendo yo en este artículo hacer de abogada del diablo, todo lo contrario; simplemente trato de que entiendas los motivos por los que lo quiere, lo cual no significa que debas dárselo. Entre otras cosas porque hasta un bebé quiere un móvil si lo ha visto o usado alguna vez. Y creo que todos asumimos que un bebé no debe tener un móvil, ni tampoco un niño de 6 años. Lo que cabe preguntarse es por qué sí hemos normalizado que deba tenerlo un niño de 10 o 12 años.
Antes de nada, déjame aclarar un punto. Deseo y necesidad no son lo mismo. Es importante que incida en esto.
Las necesidades hacen referencia a cosas que no pueden faltar, es decir, son indispensables. Los deseos son cosas que apetecen y están muy relacionadas con los apetitos.
Después de este paréntesis, que bien imaginas por qué lo he hecho, paso a responderte a la pregunta que te has hecho: por qué mi hijo quiere un móvil. Cuando hablo de móvil me refiero al smartphone, es decir, a ese objeto que da servicios de comunicación, juego, fotografía, redes sociales, descarga y escucha de música, televisión, apuestas online, radio, noticias, descarga y visionado de películas, etc. Vamos, lo que viene siendo de todo. Y todavía te preguntas por qué tu hijo quiere un móvil. Añado también que todo esto lo ofrece un PC o una tablet, aunque hay una diferencia importante que hace que el uso del móvil sea más frecuente: que lo llevas a todas partes.
Ahora sí, paso a detallar qué busca tu hijo en el móvil, más allá de las posibilidades que ofrece:
Autonomía: El teléfono móvil les ofrece autonomía respecto a padres o familiares,
Identidad y prestigio: para muchos adolescentes el teléfono móvil se convierte en un objeto con el que pueden reflejar su personalidad y valores.
Les permite expresar aspectos que cara a cara les resultan difíciles y eso les da seguridad. Ojito con esto.
Las propias aplicaciones son fascinantes para los adolescentes y no suelen presentar ningún inconveniente a la hora de familiarizarse con las misma.
Acceso a todo tipo de contenido las 24 horas del día.
Les alivia del aburrimiento, la ansiedad, la tristeza… Ojito también con esto. De hecho, esto es un problema, aunque ellos crean que es una ventaja.
Establecimiento de relaciones interpersonales: Las distintas aplicaciones de los teléfonos móviles favorecen establecer relaciones entre personas a través de redes sociales, aplicaciones de mensajería. Ojo, porque esto suele ir en detrimento de relaciones cara a cara, de las de verdad.
Como ves, para nuestros hijos es un objeto con un potencial enorme y hay que entender que es normal que sientan esa atracción algo así. Lo cual no quiere decir que, por comprenderlo, haya que aceptarlo. Porque cada punto que he mencionado positivo para ellos, hay un riesgo asociado que suele ser mayor. De eso y más te hablo en nuestras formaciones.
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por Carmen Osorio Suarez | Feb 26, 2025 | Blog
Sin móvil hasta los 16 años. Ése es el pacto al que han llegado las familias de un colegio de Córdoba. Parece lógico que surjan iniciativas en este sentido cuando, como en el artículo anterior comentábamos, la mayoría de menores tienen móvil a los 12 años y la mitad de los padres se arrepiente de esa decisión.
Tiene sentido porque, de lo anterior, se desprende que la presión del entorno es un factor muy relevante a la hora de decidir dar el móvil a los menores. Aunque los padres no estén de acuerdo, lo hacen por presión social. Cierto es, y todo hay que decirlo, que la excusa de la presión social resulta perfecta para no hacernos responsables de la incomodidad que supone decir no a nuestros hijos. Hay una mezcla de cosas. Y el ser humano tiende a la comodidad aunque ésta acabe enfermándole.
Un pacto entre familias para eludir la presión social.
«Si los demás no tienen móvil, mi hijo no lo pedirá», pensamos. Y es cierto. Explica Manuel Ríos, portavoz de la Asociación de Familiares del Alumnado del colegio público López Diéguez de Córdoba, que era algo “muy difícil de afrontar en solitario”. Y es cierto, ir a contracorriente es difícil. Y más, si cuando ir a contracorriente afecta a los niños. Ojo, que creo que también es una gran enseñanza esa de no hacer lo que hace la mayoría cuando sabemos que esa mayoría no lo está haciendo bien o está desorientada.
Sin móvil hasta los 16 años, una iniciativa pionera.
Si bien es cierto que han surgido iniciativas de familias para retrasar la entrega del móvil, en algunos casos hablamos de retrasarlo hasta los 13 años y no entregarlo en el momento en que los alumnos pasasen a Primero de la ESO. Desde el colegio López Diéguez quieren que esta iniciativa se extienda a otros colegios de la capital cordobesa y, como dice Manuel Ríos, «entendiendo que solo desde la prevención conseguiremos que el alumnado sin móvil no sea una rara avis».
Y es que, en opinión de este padre, «decimos que nuestros hijos son la generación de cristal pero, en realidad, los hemos dejado muy solos en el mundo online». Y no le falta razón. De hecho, tiene toda la razón del mundo. Les queremos dar todo y les abandonamos en el entorno digital con una tranquilidad pasmosa.
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