El mito de los nativos digitales

El mito de los nativos digitales

Lo habrás escuchado cientos de veces. Un niño pasa rápidamente con su dedo sobre una pantalla y a todo le mundo le hace gracia ese desparpajo y esa rapidez con la que maneja el dispositivo. Pero tengo algo que decirte y es que ¡es una absoluta mentira! No es más que un mito al que las empresas tecnológicas han recurrido para justificar un uso temprano y abusivo de las pantallas. Un mito que creyeron millones de familias en todo el mundo y que les dio vía libre para dar móviles o tablets a bebés y a comprar móviles a niños de 10 años bajo el argumento de que lo necesitan y que, sino lo tienen, se quedan excluidos. No te creas nada de eso. El mito de los nativos digitales solo persigue mantener una dinámica en la que nos hemos metido en la que los menores están saliendo mal parados.

 

Y es que cualquier persona que quiera abrir una cuenta en Instagram o Tik tok, entrar en Twich o jugar a cualquier videojuego, sabrá hacerlo en cuestión de minutos.

 

Es cierto que existe una generación que conoce pronto y rápido un entorno que nosotros, los padres, no conocimos a esas edades. Eso nos puede hacer pensar, de forma equívoca, que tienen una capacidad innata para manejarse con la tecnología. Pero nada más lejos de la realidad. El mito de los nativos digitales es una de las grandes mentiras que nos cuentan y que nos han colado. Pero no nos engañemos más, la gran mayoría de los menores están en redes, juegan a videojuegos, mandan vídeos, ven series, películas… No están en Internet creando contenidos de valor sino consumiendo la mayor parte del tiempo.

 

Hacer todas esas cosas no les convierte en genios de la informática ni de la programación; esas apps están pensadas para un fácil manejo, para que consumas el mayor tiempo posible. Es su negocio.

 

La realidad es que los menores saben mucho de todo eso, de chatear, de redes, de vídeos pero luego tienen dificultades para utilizar programas de ofimática, configurar un programa, añadir memoria al ordenador, configurar los dispositivos…. Vamos, que no, que no han nacido preparados especialmente para saber más que nosotros. Para los niños y los adolescentes, todas estas herramientas que hoy consumen se hacen sin esfuerzo ni competencias especiales. Y para nosotros, igual, no es complicado en ningún caso. En todo caso, ellos se familiarizan antes, lo cual no les convierte en especiales. 

 

Los seres humanos actuales tenemos un cerebro igual que los de hace miles de años. Biológicamente no hemos cambiado.

 

De hecho, este uso de las pantallas en menores está disminuyendo el cociente intelectual de toda una generación. Que no os engañen hoy en día con el discurso de que nuestros hijos son nativos digitales. Vemos como algo normal que bebés estén delante de una pantalla a diario. Vemos normal que niños de seis, siete u once años pasen un sinfín de horas conectados a una pantalla, tiempo equivalente en muchos casos al tiempo que pasan en la escuela. Vemos como algo normal que duerman con los móviles y no sean capaces de dejarlos en casa para nada, creando ansiedad a quien no lo lleva encima. Pero tienes que saber que los niños de hoy (y los de mañana) no son nativos digitales. Que no es más que un mito que conviene mantener para seguir justificando un uso indebido y abusivo de los dispositivos. 

 

El nativo digital no existe. El verdadero sabio (que no nativo) digital es aquel que usa la tecnología con un objetivo concreto, que mantiene su autonomía y creatividad y que usa la los dispositivos cuando está preparado para ello (y no antes), cuando ofrece alguna oportunidad y no para matar el tiempo, no para evadir el aburrimiento. El sabio digital es aquel que controla la tecnología y no se deja dominar por ella. Olvídate del mito de los nativos digitales.

 

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